Ayer recibí un mensaje de Whatsapp a través de uno de esos grupos (en los que hay incluidas de 25 a 30 personas y cuando un día se le ocurre empezar a hablar a alguien, todos tienen algo que decir y de pronto te encuentras con 235 mensajes sin leer…el nuestro se llama «Pesadilla», no os digo más). A lo que iba, un mensaje que hicieron saltar todas mis alarmas, y cito textualmente:
Tengo una duda existencial para que me resolvais: me he comprado una crema y me regalaban el serum… ¿Cuántas veces se usa el serum a la semana? ¿Se echa antes o después de la crema? Es en gel, pero… ¿hay que aclarar después?
Y otro mensaje (de los 53 que aparecían sin leer en mi móvil) le contestaba:
¿Un serum es un limpiador?
Así que, después de explicarles brevemente a través del Whatsapp en qué consiste un serum y cómo se debe de aplicar (además de indignarme con quien le hubiera vendido esa crema «con oferta del serum» a mi amiga, sin asegurarse de que lo iba a utilizar adecuadamente) me dije: esta conversación se merece un post. Mis amigas se merecen un post.