CÓMO SE TRATA LA INFECCIÓN POR HELICOBACTER PYLORI

Corría el año 2004 cuando acabé la carrera y comencé mis prácticas tuteladas. Con toda la ilusión del mundo por comenzar a atender a los pacientes, mi tutora me permitió «asomarme» al mostrador durante la segunda semana que estuve allí. Mi primera dispensación, mi oportunidad de atender al paciente con todo lo que sabía y demostrar que estamos ahí para aportar valor…

Primer paso: conseguir descifrar las recetas (en aquella época eran de papel y escritas a mano… todo un ejercicio de desencriptación). Conseguido.

Segundo paso: preguntar si es la primera vez que lo toma, para qué se lo han recetado, si conoce cómo tomarlo… con los nervios, me lo comí. Y es que con unas prescripciones tan comunes como claritromicina, amoxicilina y omeprazol, me lancé directamente a explicar cómo debía tomarlo (omeprazol una al día, amoxicilina cada 8 horas, claritromicina cada 12 horas…) Pues metí la pata, y hasta el fondo, por no preguntar. «¡Pero si el médico me ha dicho que tome todo dos veces al día!» ¡Qué atrevida es la ignorancia…!

¿PARA QUÉ SE LO HAN RECETADO?

Lo más frecuente es que una claritromicina se prescriba para una infección de vías respiratorias (bronquitis, faringitis, o neumonía), infección otorrinolaringológica (amigdalitis, otitis, sinusitis) o bien una infección de piel o tejidos blandos. Otras causas menos frecuentes son las infecciones micobacterianas, bien sean localizadas o bien diseminadas. Dependiendo del tipo de infección y de su gravedad, el médico indicará la duración del tratamiento, de 6 a 14 días por norma general y al menos 2 días después de la desaparición de los síntomas. La pauta por norma general es entre 250 y 500 mg cada 12 horas.

En el caso de la amoxicilina, además de las infecciones para las que está indicada la claritromicina, también se utiliza en caso de infecciones genitourinarias, dentales y en ocasiones de vías hepatobiliares. Otras indicaciones algo más raras son la enfermedad de Lyme, endocarditis infecciosa y fiebre tifoidea y paratifoidea. Al tener muchas más indicaciones, es más variada la posología con la que se puede utilizar la amoxicilina, pero la más usual es dividir la dosis diaria en 3 tomas equivalentes, cada 8 horas. Aunque ya os comenté en este otro post que, viendo que la eficacia es similar y mejora la adherencia al tratamiento, últimamente se estaba usando más la pauta cada 12 horas, sobre todo en pediatría y cuando los niños ya pueden volver al colegio.

Yo, al ser novata, no me di cuenta de que cuando se combinan estos dos antibióticos junto con un inhibidor de la bomba de protones, es decir, un medicamento que disminuye la secreción ácida del estómago  (omeprazol), seguramente sea porque el médico ha realizado una prueba para detectar una bacteria, la Helycobacter pilori, responsable de un buen número de úlceras gástricas, y lo que pretenda sea erradicarla para evitar males mayores.

helycobacter pylori

HELICOBACTER PYLORI, LA BACTERIA SIBILINA

A pesar de que alrededor de dos tercios de la población mundial vive con esta bacteria en su estómago, el desarrollo de úlceras gastroduodenales no es tan numeroso. Aún no se conocen las razones por las que algunas personas desarrollan la enfermedad y otras no, pero sí se ha visto que la presencia de esta bacteria está directamente relacionada con ella. 

Por ello, si tienes síntomas de úlcera péptica, tu médico puede realizarte la «prueba del aliento» (nada que ver con la del algodón del mayordomo). La H.pylori es capaz de metabolizar la urea mediante una enzima, la ureasa, y como resultado genera CO2 (dióxido de carbono). La prueba del aliento consiste en «marcar» la urea usando un isótopo del carbono. Esto es, simplificando mucho, como si tiñéramos el carbono de la urea de verde, por ejemplo. Imaginad que el resto de los carbonos (si se vieran) son negros. Pues bien, cuando ingerimos el producto con urea «marcada» (teñida de verde), la bacteria puede descomponerla y generar CO2, pero este CO2 también tendrá el carbono verde, en lugar de negro, y así lo podemos diferenciar del CO2 que normalmente exhalamos. Disculpad mi torpeza editando imágenes, pero sería algo así:

reaccion ureasa marcada

Reacción de la ureasa bacteriana con urea marcada

CÓMO SE TRATA LA HELICOBACTER PYLORI

Como decíamos, no todas las personas portadoras de la bacteria acabarán desarrollando alguna dolencia relacionada con ella, por lo que no es necesario tratar a todo el mundo. Pero en el caso de que esté empezando a dar problemas gástricos, o para prevenirlos en caso de haber sufrido una operación de estómago, la mejor opción para erradicar la bacteria es la llamada terapia triple: amoxicilina 1g (en caso de padecer alergia a las penicilinas, utilizaríamos metronidazol) y claritromicina 500mg junto con un inhibidor de la bomba de protones (omeprazol o en caso de no ser posible, ranitidina), cada 12 horas durante 7 días, o bien 1 vez al día durante 10 días. Al cabo de este tiempo, se volvería a repetir la prueba para confirmar que hemos terminado con la bacteria.

Esta pauta tiene una eficacia de alrededor del 90%, siempre y cuando se haya realizado correctamente.

Existe otra opción, aunque es menos eficaz, que recibe el nombre de terapia doble, en la que sólo se utiliza claritromicina combinada con omeprazol, 1 vez al día, durante 2 semanas. Pero lo dicho, no parece que sea tan eficaz.

CONSEJOS ADICIONALES

De cualquier forma, la manera de evitar daños en tu estómago, por mucho que tu Helycobacter se empeñe en dar guerra, pasa por llevar unos buenos hábitos dietéticos, como:

  • evitar fumar,
  • evitar las comidas copiosas y picantes o con alto contenido en grasas,
  • masticar bien
  • evitar las comidas inmediatamente antes de acostarse
  • evitar ciertos medicamentos que puedan causar irritación gástrica, como los AINE (antiinflamatorios)
  • intentar identificar los alimentos que peor te sienten (por lo general, café, té, bebidas con cafeína o gaseosas, alcohol, chocolate, menta, productos derivados del tomate y cítricos.)
  • acostarse sobre el lado izquierdo para facilitar el vaciado gástrico
  • evitar la ropa y los cinturones ajustados
  • evitar tanto el ejercicio físico intenso si ello agrava los síntomas, como la ansiedad y el estrés.  

Por último, recordaros que si preguntamos mucho, es para poder ofreceros la mejor atención, y así aconsejaros sobre la manera correcta de tomar vuestros medicamentos para que consigáis lograr los objetivos marcados, en este caso, acabar con la bacteria de marras.

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