LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ENTÉRICO o POR QUÉ NO HAY QUE PARTIR PASTILLAS

En ocasiones a los farmacéuticos comunitarios nos plantean la siguiente duda: «Y este pastillón… ¿lo puedo partir para poder tragármelo?» Por suerte, hay pacientes que lo preguntan, pero muchos ni siquiera se plantean la posibilidad de que «el tamaño de los factores pueda alterar la eficacia del medicamento», y por tanto, ni cortos ni perezosos (salvo para leer el prospecto), parten la dichosa pastilla para poder ingerirla.

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En la mayoría de los casos, (Formas orales de liberación inmediata) no hay ningún impedimento que haga que la eficacia del medicamento se vea modificada por partirlo, pero existen excepciones en las que ese pequeño gesto evita que el fármaco ejerza su acción óptima: se trata de las formas de liberación RETARDADA o CONTROLADA:

  •  Gastrorresistentes: PASTILLAS CON RECUBRIMIENTO ENTÉRICO. (Para los navarros, es fácil de recordar: una pastilla o cápsula ENTÉRICA ha de tragarse siempre ENTERICA.) Normalmente, los medicamentos que llevan este tipo de recubrimiento llevan el apellido «Retard«. La idea (básicamente) es que el medicamento no se libere en el estómago, sino a partir del intestino delgado, donde el pH ya no es tan ácido. Se usan productos para recubrir el medicamento que no son solubles en el pH ácido del estómago (1-3), sino que se disuelven en pH más elevado del intestino (5-8)
  • Con acción sostenida: OROS , GITS: formas semipermeables que permiten la entrada de líquido al núcleo del medicamento, donde se encuentra el principio activo, pero no la salida, y así éste se va liberando poco a poco, al salir del recubrimiento a través de los poros que contiene el recubrimiento. (Es algo más complicado que eso, pero creo que así vale para entender la importancia de no partir este tipo de pastillas)
  • Con acción prolongada: mucoadhesivos (generalmente para tratamientos locales, como las aftas) microcápsulas (sistemas IPDAS o SODAS, el recubrimiento general se libera a diferente velocidad y condiciones que el recubrimiento de cada microcápsula) matrices (comienzo de liberación tras la ingestión y durante tiempo prolongado; mantienen la integridad durante toda su vida útil)
  • Con acción repetida: comprimidos con doble núcleo (dos pulsos de liberación) Este tipo de pastillas libera el fármaco a dos niveles, pudiendo ser uno en el estómago y otro en el intestino. Si se parten, en ocasiones se puede ver la diferencia de ambos núcleos.
  • Sistemas de liberación colónica: pensados para que el fármaco llegue intacto hasta el colon, donde han de ejercer su acción (por ejemplo, en la enfermedad de Crohn).
  • Otros sistemas: flotantes, controlados químicamente, sistemas osméticos de 2 o más compartimentos, tecnología multiporo, etc.

Como véis, hay millones de formas distintas en que las pastillas pueden fastidiarnos la existencia, no facilitando el poder ser partidas para ingerirlas.

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Por otro lado, también hay que tener en cuenta que si un medicamento ha de administrarse de una manera concreta, no es por capricho de su médico o farmacéutico, tiene una razón de ser.

Podemos encontrar un ejemplo en los fármacos que sufren el llamado «efecto de primer paso» (se llama así a la modificación que sufren al pasar a través del hígado). En ocasiones, hay que evitar ese efecto de primer paso, para que el fármaco siga manteniendo su acción farmacológica, y por eso hay medicamentos que se han de administrar solamente vía bucal, sublingual o gingival (el fármaco absorbido no llega a la vena porta, de manera que no llega al hígado antes de llegar al torrente sanguíneo). En cambio, hay otro tipo de fármacos cuya forma activa se produce precisamente en el hígado, y por eso no deberíamos disolver en la boca medicamentos destinados a ser digeridos en el estómago.

También el tipo de fármaco influye en la manera de administración: al ser la mucosa bucal una capa muy fina donde la absorción es muy rápida, se utiliza esta vía para administrar medicamentos de urgencia, como puede ser la nitroglicerina en caso de angina de pecho.

pastillas distintas

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Por tanto, nuestro consejo es que cada pastilleja con su pareja, es decir, que tomes las pastillas como dice el prospecto que hay que tomarlas; si hay que disolverlas, disuévelas; si hay que masticarlas, mastícalas; si hay que tragarlas enteras, trágatelas…. Puede parecerte una tontería, pero no lo es.

Y sobre todo, antes de manipular cualquier medicamento, consulta a tu farmacéutico, pues él es el experto en fármacos y te sabrá indicar cómo has de tomar tus medicinas. Si te resulta imposible ingerir las pastillas como han de ser ingeridas, tu farmacéutico te indicará si existe la posibilidad de que tu médico pueda prescibirte el mismo medicamento en otra forma farmacéutica diferente. 

ACTUALIZO: Para aquellos que deseen informarse un poco mejor de los tipos de medicamentos de liberación modificada, en los que yo no he profundizado mucho, aquí podéis encontrar un post muy completo de mi compañero Luis Serantes (@Benderapotheker), en el que explica con todo detalle en los que consiste cada tipo de liberación.